Pese a ser un destino turístico de primer orden desde hace más de medio siglo, Ibiza ha logrado conservar su aura de santuario ecológico, paisajístico y cultural. Por ello, no es de extrañar que la UNESCO la incluyese en la lista del Patrimonio de la Humanidad en 1999.
Con solo cinco municipios —Sant Antoni de Portmany (en el oeste), Sant Joan de Labritja (en el norte), Sant Josep de sa Talaia (en el sur) y Santa Eulària des Riu (o Santa Eulalia del Río) e Eivissa-Vila (en el este)—, Ibiza continúa siendo uno de los destinos más demandados para las vacaciones de verano. Y es que, sin ánimos de desmerecer sus sugerentes paisajes y localidades marineras, es mucho más que un destino de sol y playa. Quizás una filosofía de vida. O tal vez una religión en sí misma. En cualquier caso, el territorio ibicenco merece ser explorado con calma.
Vale la pena comenzar a descubrir la geografía insular paseando por su ciudad más importante: Eivissa-Vila, donde te animamos a callejear por los barrios de pescadores de La Marina y Sa Penya y, por supuesto, por Dalt Vila, un pintoresco barrio de callejuelas blancas donde te aguarda el imponente baluarte de Sant Jaume.
Desde allí, no dejes de acercarte a playa de Figueretas y a la espectacular necrópolis púnica de Puig des Molins, también elevada a la categoría de Patrimonio de la Humanidad; el Parque Natural de Ses Salines, las playas de Es Cavallet, Es Codolar y cala des Cubells; el poblado fenicio de Sa Caleta, reconocido por la UNESCO, y la Reserva Natural de Cala d’Hort, sin obviar Cap Llentrisca, la playa d’en Bossa o Sa Talaia. Además, allí también se encuentran las magníficas ruinas púnicas y romanas de Ses Paisses, del siglo V a.C.
Desde nuestro hotel en Ibiza, que abre sus puertas en Santa Eulalia del Río, a apenas 15 km al noreste de Eivissa-Vila, lo tienes muy fácil para moverte por la isla. Además, esta localidad despliega interesantes reclamos turísticos, como la iglesia-fortaleza del Puig de Missa, el Museo Barrau o el Museo Etnológico de Ibiza y Formentera.