Esta pintoresca ciudad te invita a perderte por sus callejuelas y visitar sus magníficos monumentos. Uno de ellos es la Gran Mezquita; construida en el año 921, fue el primer edificio de estas características levantado por los fatimíes. También conviene acercarse a la Medina, la Place du Caire y la mezquita de Mustafá Hamza, entre otros alicientes.
Uno de ellos es la Skifa Kahla (o Bab Zouila, es decir, la ‘puerta oscura’ o ‘puerta de Zawila’). Se trata de una gran puerta fortificada del siglo XVI, que reconstruye una estructura previa destruida por los españoles en 1554, coincidiendo con su salida de la ciudad.
Mención aparte merece Bordj el Kebir, una fortaleza situada junto al cabo de Ras Ifriqya y el Mediterráneo. Bautizada con un nombre que significa ‘Gran Castillo’, fue erigida por los turcos en 1595, durante el gobierno de Abu Abdallah Mohammad Pasha. Los bastiones de las esquinas se añadieron en el siglo XVIII. El edificio actual, al que se accede fácilmente desde la ciudad vieja, carece de decoración y brinda unas vistas extraordinarias.
Junto a este fortín se despliega un evocador cementerio marinero, depositario de miles de tumbas blancas que han ido colocándose de forma anárquica durante siglos. Muy cerca, tendrás la oportunidad de visitar el viejo puerto de Mahdia, obra de los fatimíes y posiblemente utilizado en la Antigüedad por fenicios y cartagineses. Fue aquí donde desembarcaron los pisanos y genoveses en 1087.
Como podrás advertir desde el primer momento, las pintorescas puertas de Mahdia presentan unas características especiales. Algunas de las que se hallan en el casco antiguo, ya sea en mezquitas o viviendas particulares, emplean materiales de la época romana; incluso, hay una que exhibe media columna púnica. Aunque son de diversos colores, el tono predominante es el verde.
En la plaza que da acceso a la ciudad vieja y junto al a puerta de Skifa Kahla, abre sus puertas el Museo de Mahdia. Las dependencias del primer piso reúnen infinidad de piezas púnicas y romanas recuperadas en la gobernación de Mahdia, mientras que en las del segundo se presentan objetos de las dinastías aglábida, fatimí y zirí. Dos salas separadas muestran joyas y monedas de diversas épocas, así como telares utilizados en la región.
Al lado del museo, saliendo a un pequeño patio, se puede subir a la torre que hay encima de la puerta de Skifa Kahla, y desde la que se obtienen unas vistas sin parangón.
Tampoco hay que olvidar que Mahdia se halla entre Bekalta y Salakta, en una zona con sitios arqueológicos destacados y con un gran desarrollo turístico.
Una observación: la famosa galera de Mahdia, un barco griego localizado en la costa y a unos 6 km de esta ciudad, se encuentra en la actualidad en el Museo del Bardo, en Túnez capital.