Pocas poblaciones andaluzas pueden competir en patrimonio monumental con Chiclana. Sobre todo, por lo que respecta a las muestras de construcciones neoclásicas e isabelinas y, sobre todo, arquitectura religiosa. En este apartado, encontramos edificios tan reseñables como la iglesia de San Juan Bautista o iglesia Mayor, de estilo neoclásico; la ermita de Santa Ana, sin duda el rincón chiclanero más emblemático, y el convento de Jesús Nazareno, que da cabida a una talla de procedencia americana del siglo XVII.
Asimismo, también conviene citar la iglesia de la Santísima Trinidad o iglesia de San Telmo, con un altar presidido por San Pedro Telmo y la Virgen de los Remedios; la iglesia de San Sebastián, del siglo XVI; la ermita de la Vera-Cruz Capilla del Santo Cristo, la construcción religiosa más antigua de la ciudad (data del siglo XV), y el hospital de San Martín, que conserva en su interior una capilla.
Por lo que respecta a la arquitectura civil, no hay que perderse la torre del Reloj, construida en el siglo XVIII sobre una de las antiguas puertas de la villa, y que formaba parte del antiguo Cabildo; la torre Bermeja, en la playa de la Barrosa; la torre del Puerco, del siglo XVI y empleada con fines bélicos durante la batalla de la Barrosa, acaecida el 5 de marzo de 1811; el castillo de Sancti Petri y la Casa Consistorial, sede del Ayuntamiento. Como curiosidad, cabe subrayar que éste fue uno los primeros edificios levantados con hormigón armado en España.
Del mismo modo, vale la pena prestar atención a algunas construcciones de familias locales más acomodadas, como las casas palacio del Conde de Torres, el Conde del Pinar y el Conde de las Cinco Torres, o la llamativa Casa Briones, sita en la plaza Mayor.
Por todo ello, el casco urbano de Chiclana ha sido declarado Bien de Interés Cultural, lo que lo convierte en un lugar de visita obligada.
Finalmente, por lo que respecta a los museos, se aconseja admirar el Museo de Chiclana, dedicado a la historia de la localidad, y la Fábrica-Museo Muñecas Marín, fundada en 1928 y con una nutrida colección de muñecas que lucen vestidos regionales de diversos puntos de España. Todo un referente en la industria del souvenir.