Animales en peligro de extinción en México
El reino animal es un misterio integrado por un sinfín de formas de vida, al mismo tiempo que un equilibrio que conecta a todas las especies del planeta, incluida la humana. En México despliega su belleza a través de una biodiversidad única. En la actualidad, este patrimonio natural se ve amenazado por la desaparición de algunas de estas especies. El respeto y la convivencia en armonía con el ser humano son claves para evitarlo.
¿Quieres conocer cuáles son los animales en peligro de extinción en México? En este post de Inspiration Guide te daremos una lista exhaustiva, ordenada por familias del reino animal, y te explicaremos de qué opciones dispones para ver a algunos de ellos de forma ética.
Importancia del turismo sostenible
Como individuos, la mejor manera de ayudar a las especies en peligro de extinción es llevar un estilo de vida sostenible. Para que la sostenibilidad no sea solo una palabra biensonante, cada acción concreta suma, desde la más pequeña a la más significativa. En casa, pero también a la hora de viajar a otros lugares.
Eliminar los plásticos de un solo uso, que tanto contaminan los hábitats naturales de los animales en peligro de extinción en México y en otras partes del mundo, o elegir productos locales, de temporada y que fomenten la economía de los destinos vacacionales son dos buenos ejemplos. Desde 2020, todos los hoteles de Iberostar se encuentran libres de plásticos de un solo uso. Además, a través de la filosofía Honest Food, se promueve una gastronomía consciente, responsable, multicultural y con alimentos de proximidad que ponen en valor los cultivos de cercanía o la pesca sostenible.
El movimiento Wave of Change apuesta por la sostenibilidad. Y también por una filosofía activa que contribuya a proteger a los animales. Todos los hoteles de Iberostar en México cuentan con planes que trabajan en esta dirección. Además, los viajeros que buscan disfrutar de unas vacaciones respetuosas con el medio ambiente se decantan por actividades como la observación de especies de un modo ético, como ballenas y otros animales en peligro de extinción en México. Por ellos, cobra sentido sumarse a la ola de cambio.
• Mapache de Cozumel o pigmeo (Procyon pygmaeus)
El mapache de Cozumel o pigmeo es endémico de la isla de Cozumel. Este pequeño mamífero se distingue del mapache común (que también está en peligro de extinción) por presentar una banda negra en el rostro y por su cola dorada, así como por la forma de la nariz y de los dientes. En 1901 fue clasificado como una especie aparte.
El frágil equilibrio ecológico isleño y la acción humana lo han llevado al borde de la desaparición. La riqueza ecológica de su hábitat invita a visitar Cozumel con responsabilidad y respeto, sin interferir en el transcurso de las vidas sensibles que la habitan.
• Conejo matorralero de la Isla San José (Sylvilagus mansuetus)
Este curioso herbívoro habita en otra isla mexicana, la de San José. Con sus largas orejas, ojos despiertos como ventanas y un pelaje suave y grisáceo, el conejo matorralero de la Isla San José se encuentra amenazado por causas como el crecimiento poblacional de sus depredadores, además de por el deterioro de su hábitat y la caza ilegal. Se estima que quedan entre 25 y 35 ejemplares por kilómetro cuadrado en todo el territorio insular.
• Ballena (Balaenidae)
La azul (que puede llegar a medir hasta 31 metros de largo y a pesar 200 toneladas), la gris, la de Rice o la de Bryde son solo algunos de los tipos de ballena en peligro de extinción en México. En total, el territorio mexicano acoge a ocho especies de ballenas distintas. Su esperanza de vida es de unos 30 años.
Estos grandes mamíferos son importantes, además de por su propia existencia, para el buen estado de los océanos. En Filosofía ante la crisis ecológica, una propuesta de convivencia con las demás especies: decrecimiento, veganismo y rewilding (Plaza y Valdés Editores, 2022), Marta Tafalla explica que “al fertilizar con sus excrementos las aguas superficiales, las ballenas favorecen el desarrollo del fitoplancton. (...) El fitoplancton está en la base de la cadena trófica: cuanto más fitoplancton, más peces. Y, por otra parte, tiene un papel fundamental capturando carbono de la atmósfera, lo cual ayuda a contrarrestar nuestras emisiones.”
Según los científicos, en el mar viven hasta un millón de especies animales en perfecta simbiosis, muchas de ellas aún desconocidas; y entre las que se cuentan mamíferos, moluscos, crustáceos, peces, microbios e incluso algunas aves. Cuidar de ellos y de su hogar es tarea de todos.
• Tiburón ballena (Rhincodon typus)
El tiburón ballena es el pez de mayor tamaño, pudiendo medir hasta doce metros de largo. A pesar de su inquietante rostro achatado y de su gran envergadura, se trata de un animal dócil y tranquilo. En varios puntos de México como Quintana Roo y Baja California, existe la posibilidad de nadar junto a tiburones ballena entre los meses de junio y septiembre, respetando de este modo los ciclos reproductivos naturales del animal. Es una manera ética de poder visitarlos en su propio entorno y sin interferir en él, siempre de forma legal y controlada.
• Pez Loro (Scarus ghobban)
El pez loro ingresó en la lista de animales en peligro de extinción en México en 2019. Sus llamativos colores, que dan la impresión de que va maquillado, hacen que sea uno de los más populares del Caribe. Pero es que además esta especie de apariencia simpática es una de las principales generadoras de arena blanca en las paradisíacas playas de la Riviera Maya, incluidas las de Playa del Carmen, Cancún e Isla Mujeres.
La contaminación del mar y deterioro de los arrecifes de coral, donde se refugia, alimenta y prospera, está llevando a que su población mengüe año tras año. Desde Wave of Change, Iberostar ha abierto su tercer vivero de coral en el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, frente al Iberostar Waves Cozumel. Este vivero, al igual que los de Riviera Maya y República Dominicana, sirve como espacio para aumentar la biodiversidad en diferentes lugares del Caribe, analizar los cambios de temperatura en la comunidad coralina y monitorear el crecimiento de los corales a lo largo del tiempo.
• Quetzal (Pharomachrus mocinno)
Otra de las aves en peligro de extinción en México es el quetzal. Además de en México, también vive en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y al oeste de Panamá, aunque es en territorio mexicano donde se encuentra más amenazado. Su nombre procede del náhuatl y significa “hermosa pluma”. Verde esmeralda, azul vibrante, rojo fuego, marrón intenso... los colores de su plumaje son tan impresionantes que tanto los mayas como los aztecas lo consideraban un pájaro sagrado con poderes mágicos. Seguramente también influirían su gran sentido de la orientación y sus elocuentes silbidos.
• Coqueta de Guerrero (Lophornis brachylophus)
La coqueta de guerrero comenzó a extinguirse en los años 90, debido a la destrucción de su hábitat para destinarlo al cultivo ilegal de drogas. Se estima que, cada 10 años, desaparece entre un 10 % y un 19 % de su población. Se trata de un diminuto colibrí que mide entre 7 y 7,5 centímetros y que pesa alrededor de 2,7 gramos. El área donde vive es tan reducida como su tamaño, ya que solo se localiza en el sur de México y a lo largo de 25 kilómetros de ancho al noreste de Acapulco. Eso sí, ingiere diariamente el equivalente a dos veces su peso corporal en insectos y néctar de flores.
• Mascarita transvolcánica (Geothlypis speciosa)
Durante diez años, no se avistó ninguna mascarita transvolcánica, por lo que se llegó a pensar que se había extinguido. Sin embargo, algunos ejemplares de esta especie reaparecieron en las zonas pantanosas del Estado de México. Sus plumas son doradas, violetas y grises, con una larga cola que la ayuda a planear en el aire. Habita únicamente en masas de agua rodeadas de vegetación acuática, motivo por el cual su ecosistema también es pequeño y, por tanto, especialmente frágil. Este es un rasgo común que comparten muchas aves endémicas de zonas muy concretas del planeta.
• Ajolote o axolotl (Ambystoma mexicanum)
“En la biblioteca Saint-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas. (...) capaces de vivir en tierra durante los períodos de sequía, y que continúan su vida en el agua al llegar la estación de las lluvias.” En uno de sus cuentos, titulado Axolotl, el escritor argentino Julio Cortázar describe así al ajolote. El relato explora la identificación del narrador con estos fascinantes anfibios, a los que observa compulsivamente hasta que, como si siempre hubiese sido así, acaba convirtiéndose en uno.