Los manglares tienen algo de divino. Como si de una versión enraizada de dioses del agua se tratase, conectan el mar con la tierra. Pero no sólo eso: también son los protectores de las costas y de todos los seres que las habitan. Al igual que las deidades ancestrales, velan por el mundo terrenal. Sin embargo, en los últimos 40 años, su superficie se ha reducido a más de la mitad. Practicar el turismo sostenible ayuda a cuidar de este y otros ecosistemas prodigiosos del Caribe.
Y es que, por mucho que su presencia salvaguarde la existencia, los puntos donde prosperan son especialmente sensibles a los efectos de la crisis climática. Iberostar busca mejorar la salud costera en sus destinos plantando mangles y otras especies autóctonas. Pero ¿qué son los manglares y por qué se llaman así? ¿Dónde se encuentran? ¿Cómo benefician al medio ambiente y, por tanto, también a las plantas y animales con los que compartimos casa? A continuación te lo contamos todo.
¿Qué son los manglares?
Los manglares son un tipo de bosque tropical húmedo formado por diferentes árboles a los que se denomina mangles. Todos ellos tienen en común que crecen con parte de sus raíces sumergidas en agua salada, por lo general, en los fondos fangosos y ricos en nutrientes de los ríos que se unen al mar. Estas desembocaduras albergan un universo propio lleno de vida. En la armonía simbiótica del planeta, su presencia también garantiza el futuro de las comunidades humanas. A lo largo del artículo te explicaremos por qué. Por ahora, un dato significativo: la UNESCO, en colaboración con varios socios, declaró el 26 de julio como el Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares debido a su gran importancia ecológica.
¿Por qué se llaman manglares?
El término mangle procede de la lengua caribe o arahuaca. La peculiaridad de estos árboles o arbustos, que pueden medir hasta cuatro metros de altura, es que de sus ramas nacen unos vástagos que descienden hasta tocar el suelo y arraigar en él. Raíces, ramaje y hojas se entretejen hasta crear majestuosas esculturas vegetales. A la agrupación de los mangles, es decir, al hábitat que conforman, se le llama manglar porque (aunque también da sustento a otra flora en peligro de extinción) está principalmente integrado por esta especie. Los hay de varias clases, entre los que destacan el de botón (Conocarpus erectus), el blanco (Laguncularia racemosa), el negro (Avicennia germinans) y el rojo (Rhizophera mangle). Cada uno de ellos se ha ido adaptando para subsistir en unas condiciones determinadas.
¿Para qué sirven los manglares?
Protegen las costas
Como ya te hemos adelantado, una buena salud costera es crucial para mantener el equilibrio de toda la Tierra y, de forma todavía más urgente, de los territorios bañados por el mar, donde miles de personas dependen de la conservación de los litorales para sobrevivir. Pues bien, los manglares protegen las costas cuando se forman tormentas y huracanes, por lo que constituyen una barrera natural contra la erosión. Sus cuerpos robustos reducen el impacto de las olas y de los vientos fuertes a su llegada a la orilla.
Ejercen de vivero para muchos animales marinos
¿Para qué sirven los manglares, además de para proteger las costas? Otra de sus importantes funciones es la de ejercer de vivero para muchos animales marinos. En especial, para numerosos peces, moluscos y crustáceos como cangrejos y camarones. Los mangles les brindan nutrición y refugio hasta que alcanzan un tamaño óptimo para salir a conocer el océano. Por la zona también se dejan ver anfibios, mamíferos a los que les gustan los árboles como los monos tití e incluso aves como las garzas, los buitres y las gaviotas. De vez en cuando, alguna tortuga de mar hembra se abre paso en su camino hacia una playa próxima para desovar.
Filtran el agua
Los manglares del mundo, al igual que los arrecifes de coral, filtran el agua para eliminar el exceso de nutrientes. Dicho de otro modo, regulan el alimento disponible en su hábitat, evitando que las algas y plantas acuáticas proliferen de manera descontrolada y canibalicen el ecosistema, “asfixiando” a los corales cercanos. Por otra parte, aumentan la calidad de las aguas al tamizar la arena y otros pequeños fragmentos de materia orgánica como restos de conchas. Las playas más cercanas a estos bosques tropicales se caracterizan por su mar transparente y limpio.
Actúan como sumideros de carbono
Las frondosas copas de los mangles absorben el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera a través de sus hojas, de un color vibrante y agrupadas en delicados pero flexibles tallos. Cuando realizan la fotosíntesis, las plantas del planeta limpian el aire de CO₂ y lo colman de oxígeno. Por eso se dice que los bosques son pulmones verdes. Los árboles respiran y, con su aliento, posibilitan que los animales humanos y no humanos también lo hagan. Todas las respuestas que pueden darse a la pregunta de para qué sirven los manglares obedecen a un propósito mayor: están ahí junto a otros valiosos tesoros arbolados porque, si no lo estuvieran, la vida en la Tierra tampoco florecería. Su aquí y ahora es el tuyo.
¿Dónde se encuentran los manglares?
Punta Cana, República Dominicana
Los manglares de República Dominicana se extienden por varias zonas, entre ellas, Punta Cana. Allí, junto al resto de hoteles del complejo Bávaro, se sitúa JOIA Bávaro by Iberostar, un alojamiento de categoría superior con vocación sostenible y orientado a adultos. Desde este resort, Iberostar trabaja activamente en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente para replantar mangles. Gracias a sus iniciativas, ya se han reforestado más de 16.000 mangles rojos, de botón y blancos en los complejos de Iberostar en República Dominicana y 3.000 ejemplares adicionales fuera de los hoteles. Como complemento, se promueven acciones para la concienciación de los huéspedes y residentes.
Los viajes veganos también apoyan la sostenibilidad. La ética antiespecista y la forma de alimentarse que de ella se deriva ayudan a combatir la tala indiscriminada, las emisiones de gases de efecto invernadero o la contaminación de ríos y mares. En la comida típica dominicana encontrarás sabrosas recetas vegetales que, además de estar deliciosas, te acercarán a su cultura. Podrás degustar algunas de ellas en los restaurantes Iberostar, donde se priorizan los ingredientes de temporada obtenidos de manera responsable.
Riviera Maya, México
Otros manglares del mundo son los que se sitúan en México. Allí, el turismo comunitario, que pone en valor la producción local y sus dones y da apoyo a las pequeñas economías familiares, te guiará para acercarte a destinos como la Riviera Maya con una mirada respetuosa. Las civilizaciones ancestrales de este territorio están presentes en cada uno de sus rincones. La riqueza cultural y natural de la zona, con una diversidad de paisajes que te dejará con la boca abierta, lo impregna todo.
Te esperan largas playas paradisíacas de arena blanca y aguas turquesas. Jungla tropical para hacer rutas, cenotes y otros enclaves donde practicar el buceo e islas de ensueño a las que podrás acceder fácilmente en barco. Y también manglares como los del parque acuático natural de Xel-há. La Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, acoge una de las mayores superficies de mangles del Caribe. Peces, aves acuáticas, tortugas y otros animales mexicanos en peligro de extinción consideran este hábitat como su hogar. Desde el hotel de categoría superior JOIA Paraíso by Iberostar, que conforma un resort Todo Incluido junto a otros cuatro alojamientos, podrás lanzarte a la aventura y adentrarte en la naturaleza de Riviera Maya mientras gozas de momentos de relax y desconexión.
Río Amazonas, Brasil
Si te atrae la idea de explorar la exuberante biodiversidad de Brasil, no sólo disfrutarás avistando de forma ética los peces del Amazonas más sorprendentes a bordo de un alojamiento de lujo que navega entre mangles, el Grand Amazon Expedition, sino que también tendrás la opción de alojarte en una de las playas más bellas de Bahía, Praia do Forte. Organiza un viaje en dos etapas para no perderte nada. Primero, embárcate en un crucero fluvial por el río más largo y caudaloso del mundo, donde los manglares ocupan más de 7.000 kilómetros cuadrados de extensión y, en proporción, absorben casi el doble de CO₂ que la mismísima selva amazónica. Después, entrégate al relax y a la reconexión contigo mismo al borde del mar: en los hoteles Iberostar Selection Praia do Forte e Iberostar Bahía, ubicados cerca de Salvador de Bahía, descubrirás el fascinante universo de las tortugas marinas y podrás participar en un proyectos para su protección.
