Fecha de publicación 29/07/2024
Comida típica de Portugal: 10 platos que te harán volver
1. Caldo verde
El caldo verde es una comida típica portuguesa con versión vegana, ideal para el invierno. Se trata de una receta fronteriza con influencias de la cocina gallega, que se elabora con couve galega, una variedad de col cultivada entre viñedos a orillas del Río Miño (la puedes sustituir por berza, repollo o kale), patata hecha puré, cebolla, ajo, aceite de oliva, agua y sal. De manera opcional, se le pueden añadir unas rodajas de chorizo o de salchicha. Suele tomarse con broa de milho, un tipo de pan de maíz muy común en Portugal. Es costumbre consumirlo después de la medianoche para celebrar el Año Nuevo, y también durante las fiestas de los santos populares.
5. Bifana
¿Tienes pensado recorrer Portugal en bici o hacer senderismo por uno de sus muchos parques naturales? Estás de suerte. Porque, además de practicar el turismo sostenible mientras te mantienes activo, en este destino también tendrás la opción de parar a reponer fuerzas en medio de tus rutas con otro contundente bocadillo: la bifana. Si te gustan las francesinhas portuguesas, también te gustará este emparedado a base de chuletas de cerdo cortadas finas y marinadas en vino blanco, zumo de limón, laurel, ajo y pimentón. La carne se sirve dentro de un papo seco, un tipo de panecillo blanco, muy consumido tanto en Portugal como en Badajoz. Incluye en la mochila esta vianda, una botella de agua rellenable y el resto de tu kit desperdicio cero y… ¡prepárate para explorar paisajes increíbles! También querrás acudir a los bares y mercados de abastos lusos a la hora del almuerzo, donde es tradición pedir una bifana con una bebida fría como aperitivo.
10. Torta de Viana
La Torta de Viana, también conocida como torta real, es uno de los muchos dulces portugueses que se elaboran con huevo, harina de trigo y mantequilla. Originario de Viana do Castelo, una localidad situada al norte del país, este delicado pastel se prepara haciendo una masa de bizcocho, para después estirarla y moldearla con las manos hasta obtener un rollito esponjoso y cilíndrico, que se rellena con una crema de yemas y se espolvorea con azúcar glass. En ocasiones, puede llevar un toque especiado de vainilla o de canela. La receta fue creada en el siglo XVI por las monjas del Convento de Santa de Viana do Castelo, quienes se encargaron de perfeccionarla a lo largo del tiempo. Desde el año 2021, ostenta la distinción de marca registrada. Si viajas en familia, en vuestro tour gastronómico por la comida típica de Portugal no pueden faltar esta y otras elaboraciones dulces.