La gastronomía de Brasil es una fiesta multicultural para el paladar. Sus platos típicos, llenos de sabor, textura y color, se expresan a través de unos códigos propios, donde las influencias europeas (sobre todo, las portuguesas, alemanas e italianas procedentes del siglo XVI) y africanas (vinculadas a las comunidades que, en aquella época, fueron conducidas al país para trabajar como esclavas) emiten un mensaje cargado de significado, entretejiéndose con sus raíces indígenas. La conexión con la naturaleza, el respeto por los ciclos de los cultivos y las costumbres nativas te guiarán en un fascinante viaje hacia el centro de la identidad brasileña cada vez que te sientes a la mesa. 

Hay una historia detrás de cada uno de sus alimentos ancestrales. Por eso, la yuca, el ñame, los frijoles negros, el coco y el açaí son más que simples ingredientes. En los espacios gastronómicos de los hoteles y resorts Iberostar, donde se da prioridad a los productos locales y obtenidos de manera respetuosa con el entorno, podrás degustar lo mejor de esta tradición culinaria ecléctica y rebosante de inspiraciones del mundo. Para que vayas abriendo boca, aquí van 10 recetas que no puedes dejar de probar durante tus próximas vacaciones a Brasil.

Un grupo de cookies

Pão de queijo mineiro

La idea del pão de queijo mineiro o pan de queso minero proviene de una granja brasileña del interior, situada en el estado de Minas Gerais. En esta zona de bosques verdes y exploradores, la receta fue pasando de generación en generación, hasta que María Dalva Couto, más conocida como Doña Dalva, abrió una pequeña tienda hace más de treinta años donde empezó a ofrecerla como aperitivo junto a sus hijos Hélida y Hélder. Pronto se convirtió en un éxito entre sus clientes. El boca a boca hizo el resto. Hoy, se considera imprescindible en la gastronomía de Brasil, que expresa el alma callejera de sus puestos de comida de los mercados, ciudades y pueblos. Similar a un buñuelo frito, se prepara mezclando harina de mandioca fina con un queso de vaca curado y previamente rallado, huevo y leche hasta obtener una masa que, luego, se moldea y fríe en aceite muy caliente.

Un plato de comida

Acarajé

El pueblo yoruba llegó a Brasil a lo largo del siglo XVI, procedente de África. En su lengua nativa, àkàrà significa “bola de fuego” y je, “comer”. El acarajé es, literalmente, una explosión para el sentido del gusto, muy popular en los food trucks actuales pero que se creó en el seno de la cultura afro-brasileña. Se trata de una especie de pan de frijoles negros y cebolla; y que se rellena de langostinos o camarones con ajo y perejil fritos en aceite de dendé. Se acompaña con una salsa picante de pimienta malagueta, cebolla y tomate verde. En fechas señaladas como el Carnaval de Río de Janeiro, es habitual “comer bolas de fuego” a pie de calle. Mientras que las legumbres y el marisco aportan proteínas y carbohidratos, las verduras le añaden fibra y vitaminas a este aperitivo que representa bien a la gastronomía típica de Brasil, y que te llenará de energía a cualquier hora del día.

Un grupo de alimentos

Coxinha de pollo

Otro bocado callejero muy representativo en la gastronomía brasileña es la coxinha de pollo. Recuerda a una croqueta o a un arancini italiano, moldeado como un cono redondeado, aunque los tamaños y formas pueden variar dependiendo de cada casa y región. De hecho, se cree que se trata de una evolución (al más puro estilo Brasil) de las croquetas europeas, que surgió en la ciudad de São Paulo en algún momento del siglo XIX. La clásica se hace con pollo hervido desmenuzado, aunque otras variantes sustituyen este ingrediente por cerdo, camarones o, en su versión vegetariana, verduras o setas. Tras mezclarlos con un sofrito de pimiento verde y rojo, cebolla, ajo y tomate triturado con perejil y pimentón dulce, se prepara una masa con el caldo de hervir el pollo, leche, mantequilla y harina de trigo. Una vez trabajada, se moldea en forma de pequeñas tortas, que se rellenan con la combinación anterior antes de rebozarse con huevo y pan rallado y pasarse por aceite caliente.

Un primer plano de algunos granos

Brigadeiro

En la década de 1940, y debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial (Brasil participó en la contienda del bando de los aliados) no era fácil conseguir leche fresca y azúcar en la mayoría de países. De esa etapa convulsa, surgió la creatividad necesaria para idear el brigadeiro, una delicia dulce de la comida típica de Brasil a base de chocolate negro y leche condensada. Según los archivos históricos, se elaboró por primera vez en Río de Janeiro. Se prepara fundiendo cacao en polvo en mantequilla y leche condensada. Una vez que la mezcla se ha enfriado, se moldean con ella pequeñas bolas y se cubren con fideos de chocolate. Antes de servirlas, se colocan las esferas sobre capacillos de papel. En el postre, antes de entrenar, para acompañar el café o con un cóctel de colores: estos bocados te llenarán de energía gracias a la cafeína y la teobromina, presentes de manera natural en el cacao.

Para apoyar a los pequeños productores hortofrutícolas durante tu viaje, puedes practicar el turismo comunitario con gestos simples y diferenciadores, como elegir cocos y otras frutas cultivadas dentro del país. El respeto hacia el medio ambiente y el trabajo de las personas forman parte de esta nueva filosofía viajera. Y tus elecciones influyen más de lo que piensas: no sólo a la hora de impulsar y apreciar la gastronomía de Brasil, sino también en el poder que esta tiene para honrar los modos de vida locales conectados a la tierra y a sus tradiciones.