Destinos para jugar a golf Golf: del hoyo 18 al hoyo 19

Montego Bay

¿Por qué elegir entre viajar con la maleta llena de bañadores o con los palos de golf? ¿Por qué debatirse entre jugar un recorrido en un campo de altísima calidad o procrastinar en unas playas de ensueño? En diversos destinos de todo el mundo ambos estímulos se combinan sin fisuras, permitiendo que no haya casi fronteras entre el green, la arena y la diversión. Lugares donde el conocido como Hoyo 19 no se brinda en la casa club, sino que se disfruta de otras maneras.

Este viaje lo arrancamos en Montego Bay, el destino costero por excelencia de Jamaica donde el espíritu colonial e internacional de la isla abraza a todo tipo de viajero. Pero, además del carisma relajado y de las playas de ensueño, esta localidad tiene dos hoteles con los campos de golf más apetecibles del Caribe, el Cinnamon Hill y el White Witch. Ambos tienen en común una conexión con la historia al ubicarse en las lomas de la antigua plantación Rose Hall que hace que sus recorridos, diseñados por Hagee y Baril, sorteen coquetos acueductos y casonas y siempre miran al mar.

Después del hoyo 18, esperan playas, relax y un poco de aventura. En Montego Bay no hay espacio entre la naturaleza y el mar. Solo unas amplias y cómodas playas separan ambos ecosistemas, convirtiéndolo en uno de los mejores lugares para disfrutar de la naturaleza virgen con todo tipo de comodidades. Una sesión perfecta de aftergolf incluiría un paseo por las mansiones históricas, unas horas tomando el sol en sus hipnóticas playas y una sesión de spa para recuperarse del esfuerzo combinando un circuito termal con un masaje deportivo-relajante. No encontrarás mejor lugar donde hacer todas estas cosas, que en uno de los hoteles 5 estrellas en Montego Bay que ofrece Iberostar.

Cancún

Parece mentira que en la fina lengua de arena que es la Zona Hotelera de Cancún haya tanto que descubrir. Entre todos los atractivos, quizás lo más maravilloso sea el Iberostar Selection Cancún Golf Club, un campo que respira la brisa del Mar Caribe y de la Laguna Nichutpé y que cuenta con todos los ingredientes para atraer a los golfistas más exigentes: un recorrido de 18 hoyos diseñado por Isao Aoki, una variedad de calles y greens que satisface tanto a amateurs como a profesionales y un diálogo con la rica vegetación costera que es, a la vez, un desafío y una recompensa.

Tras el último putt toca cambiar el verde por el azul. No hay nada que apetezca más en la zona hotelera que comprobar si esa agua limpísima de colores tan intensos es real. Delfines, Zituk o Ballenas son solo algunas de las más destacadas por su irresistible contraste entre la arena blanca y las hipnóticas olas. Después toca hacerse la foto por excelencia de la ciudad, delante del cartelón tipográfico alegre de Cancún, iniciarse a la arqueología en el yacimiento de El Rey e indagar sobre el universo maya en su coqueto museo, un espacio diseñado para que todo tipo de público disfrute con esta civilización.

Punta Cana

El prestigioso diseñador P.B. Dye no se conformó con idear un campo en el que disfrutar de Playa Bávaro (Punta Cana) de otra manera. El hotel Iberostar Selection Bávaro Suites Golf Club es uno de los recorridos más espectaculares y complejos de todo el Caribe, con un slope de 126 puntos y una categorización de World Class Championship. Y, por supuesto, luego están los privilegios de su ubicación, con un clima benévolo, un viento que complica sin molestar y un horizonte en el que se alterna el mar y las palmeras.

Punta Cana y Playa Bávaro evocan a playa exótica y cocotero. Juntos forman un destino insuperable para aquellos que buscan ilustrar sus vacaciones con el Caribe más atractivo. Y sin embargo, hay mucho más. Junto a toda República Dominicana, esta urbe se está convirtiendo en un destino gastronómico de primer nivel con chefs que han sabido hacer de la fusión de sabores europeos y locales auténticas delicias. Por su parte, la selva llena de aventura las vacaciones con las diferentes expediciones que ofrece mientras que Isla Saona es ya una de esas excursiones de un día que toda persona tiene que hacer una vez en la vida en busca de la virginidad natural.

Praia do Forte

Después de 15 hoyos sorteando búnkers, dunas que flanquean calles y greens infinitos espera el mar. No es que este campo ubicado en Praia do Forte cuente con tres tees menos que los demás, es que sus tres últimos hoyos se juegan a ras de playa. Una guinda muy ocurrente a un recorrido también obra de, cómo no, P.B. Dye que es hoy en día uno de los objetivos golfísticos más deseados de Brasil.

Praia do Forte es todo un descubrimiento. Es uno de los lugares más indómitos de la costa brasileña, un destino en el que la naturaleza te abraza por completo, ya sea en forma de selva tropical o a través de las simpatiquísimas tortugas marinas que son protegidas en el proyecto TAMAR. Pero también es historia y cultura, con restos de las primeras colonias españolas y portuguesas como la encantadora iglesia de San Francisco de Asís o las impresionantes ruinas del castillo de Garcia d'Avila, la primera gran construcción lusa (1551) en la actual Brasil.

Iberostar Hotels & Resorts cuenta con 2 complejos vacacionales de 5 estrellas con régimen de Todo Incluido en Salvador de Bahía: el hotel Iberostar Selection Praia do Forte y el hotel Iberostar Bahía. 

Fuerteventura

Un total de cuatro hoteles con campos de golf en Fuerteventura de diversos niveles de dificultad alfombran los impresionantes paisajes de la isla, convirtiéndola en el destino perfecto para culminar los primeros recorridos o para perfeccionar los golpes con la garantía del sol. Tanto el Playitas como el Fuerteventura Golf, el Salinas de Antigua o el Jandía Golf son clubs que añaden los clásicos vientos de esta zona como una dificultad convertida en aliciente, ya que lidiar con sus rachas suponen una lección de maestría entre volcanes.

Arena y viento son los dos elementos con los que está esculpido este paraíso natural. Por eso, playa y mar son los dos hábitats naturales de todos aquellos que quieran disfrutar de unos días perfectos aquí. Todo es cuestión de velocidades. Si amas la adrenalina, las ráfagas de Corralejo y las olas de El Cotillo atrapan a surfistas y kitesurfers. Pero si lo tuyo es broncearte en una costa tranquila llena de arenales infinitos, la península de Jandía te espera con parajes tan indómitos como irresistibles.