un gran edificio blanco

Fecha de publicación 09/12/2022

Destinos

La joya de África Por qué debes visitar Túnez al menos una vez en la vida

Una historia milenaria, cultura, gastronomía y playa

¿Sabías que Túnez es uno de los principales focos de la cultura mediterránea desde hace 3.000 años? La heredera de la antigua Cartago es una fusión de historia, sensaciones, aromas y sabores que te dejarán maravillado. Desde sus zocos a sus playas, sus monumentos y su exquisita gastronomía, aquí todo es tradición, luz, armonía y buen gusto. Alojándote en alguno de los mejores hoteles de Túnez, todo esto y mucho más estará a tu alcance.

La Medina de la ciudad de Túnez y su laberinto

La Medina o casco antiguo de la capital de Túnez, y con la que el país comparte su nombre, es un laberinto mágico. Alrededor de la Gran Mezquita, te olvidarás de que el tiempo existe. Los coloridos mercados o zocos se entremezclan con palacios, callejones, fuentes, mausoleos y pequeños talleres de artesanos unidos por estrechos pasadizos. ¿Una recomendación? Sube a la azotea de un edificio y observa al atardecer en la Medina desde lo alto. Será una imagen que no olvidarás nunca.

Antes de concluir la jornada, disfruta de un té con piñones, la bebida más popular del país. Y adquiere un libro antiguo en la legendaria Rue des Libraires, a los pies de la Gran Mezquita.

una taza de vidrio en una mesa

Comida tunecina: cuscús, té a la menta y frutos secos

¿Quieres saber cuál es el secreto para que los guisos y asados tunecinos resulten tan tiernos? Cocerlos a fuego lento durante varias horas.

El plato estrella es el cuscús, con cordero, con pollo o con pescado. Y un lugar ideal para saborearlo el Restaurante Principal del Iberostar Selection Royal El Mansour, un magnífico hotel de 5 estrellas en Mahdia donde podrás deleitarte con variadas recetas clásicas del Magreb y de otras civilizaciones.

Aunque quizá el plato más sorprendente sea la melloukhia. Este guiso se cocina a fuego lento y se compone de hojas de malva, judías secas y molidas, ajo, aceite de oliva, especias y carne de ternera o cordero. Los postres típicos, makrouds, samsas, baklavas o gharaibas, se basan en frutos secos como dátiles, almendras o avellanas, y para terminar, toda comida que se precie debe concluir con una taza de té a la menta o un café moro, con unas gotas de agua de azahar.

Museo Nacional del Bardo

Fundada por mercaderes fenicios, Cartago llego a ser una potencia capaz de disputar la hegemonía del Mediterráneo a la propia Roma. Hasta que los legionarios del general Escipión la conquistaron y pasó a formar parte del Imperio romano. El Museo Nacional del Bardo atesora una de las colecciones de mosaicos de la época romana más importantes y mejor conservada del mundo. Además de piezas clave en la historia de Túnez.

un grupo de animales de peluche sentados en la parte superior de un edificio de piedra

Douz, la puerta del desierto

El lago salado de Chott El-Jerid es, literalmente, un lugar mágico. En él los rayos del sol producen ilusiones ópticas debido a los colores blancos, púrpuras, verdes y rosáceos provocados por el reflejo de la sal. Al sur de este lago, seco en verano, se encuentra la ciudad de Douz. Un oasis de palmeras como en los cuentos, conocido como la puerta del desierto. Aquí comenzará tu aventura bereber si deseas adentrarte en el desierto del Sáhara.

¿Darth Vader en Túnez?

¡Sí, has leído bien! En Túnez podrás visitar algunos escenarios donde se han rodado escenas de la saga Star Wars, como la ciudad de Mos Espa, que en la película representa el planeta desértico del Borde Exterior. También destaca el  mencionado lago salado de Chott El Jerid, donde se ubica la granja de los Lars, o Matmata, cuyos patios interiores son parte de la casa de Luke Skywalker. Más allá de la anécdota, todos estos lugares te asombrarán por su gran belleza natural.

Pueblo bereber de Toujane

Algunos hombres y mujeres del desierto todavía habitan en Túnez; concretamente, en el pueblo de Toujane. Situado sobre la ladera de una montaña, sus casas están hechas con piedra seca, siguiendo una ancestral costumbre bereber. Las vistas desde lo alto de la montaña son unas de las más hermosas del país.

Sidi Bou Said, en azul y blanco

Este pueblecito situado sobre una colina es muy característico por sus calles empedradas pero, sobre todo, por sus casas pintadas de blanco y las puertas de color azul. El ambiente bohemio de sus calles, las vistas sobre el mar y su artesanía te llenarán de agradables sensaciones.