Turismo en Andalucía De Huelva a Málaga por las mejores playas
Naturaleza, relax, deportes y la mejor gastronomía
PLAYA DE MAZAGÓN
Playas ¡qué lugares! Aunque la famosa canción no rezara así, estos soleados lugares son el epicentro del verano, el patio de recreo de medio mundo. Si se hiciera un inventario con las mejores del planeta, Andalucía se merecería un capítulo aparte por la calidad y la variedad. Para los que buscan nuevos parajes y para los que quieran repetir, en esta selección están las mejores, las más características y las que mejor combinan con unas vacaciones de lujo al estilo de los mejores hoteles en Andalucía de Iberostar. Y una de ellas es, sin duda alguna, la de Mazagón en Huelva, una larga extensión salvaje entre Doñana y el Atlántico donde la única construcción que hay, la Torre del Oro, a duras penas sobrevive estoica dominando el paisaje.
PUNTA UMBRÍA
Punta Umbría es, como su nombre indica, una especie de espigón natural que excava el Odiel al desembocar en el mar. O, lo que es lo mismo, una lengua de arena prácticamente salvaje que alterna partes urbanas y partes naturales, ambas llenas de paz y poco masificadas. Por eso, esta opción es perfecta para aquellos nómadas de la arena a los que les gusta ir cambiando de ubicación a lo largo del día. Eso sí, si quieres estarte quieto, solo tienes que estar atento a las mareas y dejar que la brisa de Poniente refresque el momento.
PUNTA DEL CAIMÁN (ISLA CRISTINA)
Isla Cristina e Isla Canela están separadas por un río, el Carreras, que divide el litoral. A ambos lados, la playa es tranquila, larga y está bordeada por dunas que se deshacen en las marismas. Pese a esta sensación de estar en medio de la nada, se trata de un arenal muy accesible, lleno de servicios, y con una entretenida oferta de ocio. Mientras que en la parte oeste el aliciente está en pasear hasta saludar al Guadiana, en la este el límite está en la Punta del Caimán, donde el atardecer hace que se confunda el agua con los tejados lejanos de Isla Cristina.
PLAYA DE LA BARROSA (CHICLANA DE LA FRONTERA)
Quizá sea uno de los secretos que, pese a haber sido desvelado para muchos viajeros, sigue manteniendo su esencia. Sus dunas y arenas se extienden desde Chiclana de la Frontera hasta Roche, cruzando Novo Sancti Petri donde, en los últimos años, los hoteles y beach clubs han logrado dotar a este lugar de los servicios más exquisitos sin traicionar su esencia calma. Golf, paseos, chapuzones y cócteles hasta que cae la noche sin que ningún plan roce con otro, ya que en este ancho arenal hay espacio y alternativas para todos.
LOS CAÑOS DE MECA (BARBATE)
¿Quién dijo que en Andalucía no hay calas desiertas? Entre los acantilados del Cabo Trafalgar, en la costa atlántica gaditana, aparecen de la nada estas playas coquetas a las que se accede por pasarelas de madera y que son siempre un recurso perfecto para aquellos a los que les place la soledad. El espectáculo natural está garantizado, con aguas limpísimas y una barrera natural de rocas y montículos verdes en tierra. Su aire bohemio se traduce, también, en veladas surferas y animadas que hacen que la experiencia playera sea única e incomparable.
PLAYA DE BOLONIA (TARIFA)
Imagínate, en primer lugar, un océano calmo, azulísimo y fotogénico del que nace una alfombra de arena que acaba convirtiéndose en una duna vertiginosa. En lo alto, los arbustos y las rocas acompañan la vista mientras que en un costado, de repente, asoman los restos de una ciudad romana, Baelio Claudia. Un escenario de ensueño que es real y que ha convertido a la Playa de Bolonia en un imprescindible de la costa de Cádiz por esa bipolaridad cultura-naturaleza tan única.
PUNTA PALOMA (TARIFA)
Pegada a Valdevaqueros, la playa por excelencia de los deportes acuáticos en Tarifa, este espacio recóndito deja a un lado las velas y las tablas para ofrecer días de sol, salitre y silencio. Su belleza radica en el contraste de su arena dorada con las olas y las rocas en las que derivan los acantilados de los alrededores. La sensación de estar en un lugar recóndito se acrecienta cuando el viento arrastra las dunas hasta ocultar la carretera y cuando se curiosea en los bares de pescadores que han resistido a la profesionalización de la pesca.
PLAYA DE LA RADA (ESTEPONA)
La Costa del Sol es, prácticamente, sinónimo de playas urbanas, equipadas, cómodas y muy animadas. Sin embargo, aunque puedan resultar parecidas, muchas de ellas destacan por saber integrar la ciudad sin contagiarse del ajetreo. En el caso de este equipadísimo arenal que está catalogado con bandera azul y la Q de calidad turística, cuenta con todo tipo de comodidades e instalaciones deportivas y, sobre todo, huele a espetos de sardinas y a verano.
PLAYA DE RÍO VERDE (MARBELLA)
La animada vida de esta localidad costera reduce sus pulsaciones en este rinconcito situado entre Puerto Banús y el casco histórico de esta localidad. Un oasis de tranquilidad donde todo está cuidadísimo, desde la limpieza de la arena a la claridad de las aguas y los detalles de los hoteles en Marbella. Por si esto fuera poco, su amplitud y las vistas de la Sierra Blanca la convierten en un detox, también, visual que ayuda a entender por qué este paraíso malagueño lleva seduciendo a locales y extranjeros desde hace tantos años.
PLAYA DE TORROX COSTA
Un estudio publicado hace años aseguraba que Torrox tiene el mejor clima del mundo ya que cuenta con pocos días de precipitaciones y con una temperatura media perfecta para superar el invierno y no agobiarse en verano. A ello le suma una playa principal larga, de arena oscura pero fina, con un paseo que finaliza en el faro. Una composición que se sale del carrete habitual de fotos costeras malagueñas y que es pura belleza.