Este viaje de 3 días en Lisboa nace de una intención natural: recorrer la ciudad para llegar a su verdadera esencia. Y es que la magia de la capital de Portugal, ubicada en la desembocadura del Río Tajo y sobre un campo volcánico prehistórico, propicia el encuentro. Según algunos registros, se cree que es tan antigua como la civilización fenicia. Sus expresivos barrios de calles empinadas, su icónico tranvía, sus monumentos con alma, su música, sus espacios de arte, literatura y vida o sus bares y restaurantes más auténticos te teletransportarán al pasado. Al mismo tiempo, te revelarán el futuro de una urbe moderna y en constante cambio. Viajar a Lisboa, aunque se trate de unas vacaciones cortas, te conectará a esta doble verdad. 

Pero, ¿qué ver en Lisboa en 3 días? Aquí va una idea de planning. Adáptala a las sensaciones que te vaya inspirando tu recorrido por la ciudad y cumplirás con el propósito de conocerla a fondo.

Día 1 en Lisboa: conoce el corazón de la ciudad

Barrio de Alfama

La primera parada que te proponemos para tus vacaciones en Lisboa es el Barrio de Alfama, el asentamiento de pescadores donde surgió el fado, la música más representativa de Portugal. ¿La mejor manera de adentrarse en él? Echar a andar sin rumbo, mientras te dejas cautivar por la historia y las novedades lisboetas. Después de ir al Museo del Fado, te recomendamos escucharlo en vivo y en directo mientras comes (muchos restaurantes ofrecen espectáculos tradicionales a sus comensales). Aprovecha también esta visita al barrio para ver la Catedral de Lisboa, el Jardim Botto Machado, la Casa dos Bicos y el Panteón Nacional, ubicados por la misma zona.

Mirador de Santa Luzia

El Mirador de Santa Luzia se localiza en el corazón del Barrio de Alfama, muy cerca de otros de sus principales puntos de interés. Desde allí podrás contemplar una de las vistas más bonitas de la capital, con las intrincadas calles de este distrito histórico ante ti y, de fondo, el puerto y el Río Tajo. El acceso es a pie o en tranvía. Una vez arriba, tómate tu tiempo para sentarte en uno de los bancos de su patio con columnas, con los muros cubiertos de azulejos azules y blancos (si te gusta la cerámica portuguesa, pásate por una de las tiendas de la exclusiva firma Vista Alegre) y alegres buganvillas. Permanece atento a lo que te rodea porque, además de hacer un alto en el camino para descansar, tendrás la oportunidad de empaparte con los cinco sentidos de la belleza de la arquitectura de Portugal.

Mercado de Arroios

El Mercado de Arroios se emplaza en el barrio del mismo nombre. Fuera de los circuitos turísticos, es el espacio perfecto para experimentar de cerca el día a día de la vida en la capital; y también el sitio idóneo para comprar productos típicos y locales o incluso tomar el aperitivo y comer entre los lugareños. Desde su apertura en 1938, se ha ido perfilando como punto de encuentro e intercambio comunitario en Lisboa. Además, numerosos restaurantes y establecimientos hoteleros se abastecen allí. Tú también tendrás la oportunidad de llevarte a casa ingredientes portugueses tan preciados como el aceite de oliva, los quesos, el bacalao salado o la alheira (un embutido tradicional elaborado a base de carne de cerdo o ave).

Baixa y Chiado: los barrios populares de la ciudad

¿Qué ver en Lisboa sin moverte del centro de la ciudad? Por un lado, está el Barrio Baixa, más conocido como La Baixa y situado entre el Barrio de Alfama y el Bairro Alto o Barrio Alto de Lisboa. En este distrito multicultural, reconstruido tras el terremoto que asoló la capital portuguesa en el siglo XVIII, se concentran monumentos tan significativos como la Iglesia de Santo Domingo, la Plaza de los Restauradores y el Arco de Rua Augusta. Sin duda, el ambiente animado y ecléctico de sus calles te enamorará. 

Después, te proponemos deleitarte con la comida típica de Portugal con una cena en el Barrio de Chiado, donde lujo y bohemia se encuentran. Si te sobra algo de tiempo antes de ir a cenar, tampoco te pierdas el Café A Brasileira, el más antiguo de la capital; y la Librería Bertrand y su icónica escalera roja, un espacio inaugurado en el siglo XIX y que refleja el amor de Portugal por los libros. Sus cafés, sus pequeñas tiendas y su atmósfera creativa atrajeron a personajes célebres e intelectuales como los escritores Fernando Pessoa (hay una estatua suya en la terraza del Café A Brasileira, uno de sus sitios favoritos) y José Saramago, Premio Nobel de Literatura.

Después de asimilar todo lo vivido durante esta primera jornada, prosigue tu visita de 3 días en Lisboa abriendo tu mirada a su patrimonio y tradición. ¡El orden es lo de menos!

Día 2 en Lisboa: patrimonio y tradición

Conoce las maravillas de Belém

¿Qué hacer en Lisboa durante el segundo día de viaje? Seguramente hayas oído hablar (o incluso probado) los pastéis de Belém, ese dulce portugués a base de hojaldre, huevos, crema de leche y azúcar quemada del que no podrás comer solo uno. Pues bien, en la fregresía lisboeta de Belém, además de visitar la Casa Pastéis de Belém, núcleo de esta denominación de origen y pastelería donde fueron creados, tendrás la posibilidad de conocer otras maravillas como la Torre de Belém o el Monasterio de los Jerónimos, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Torre de Belém

Todo viaje de 3 días en Lisboa que se precie debe incluir una subida a la Torre de Belém, un lugar reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983. Fue erigida mucho antes, entre 1514 y 1520, en homenaje a Vasco da Gama y como una fortaleza portuaria. En sus orígenes, se convirtió en el punto de partida para las principales expediciones marítimas, además de servir de atalaya desde la que divisar posibles ataques por mar a la ciudad, donde los vigías identificaban los barcos enemigos desde lejos gracias a sus 30 metros de altitud. Más tarde, también fue faro y, con posterioridad, un centro aduanero. En la actualidad, alberga un interesante museo abierto a los visitantes.

Monasterio de los Jerónimos

Viajar a Lisboa te permitirá conocer sitios tan impresionantes como el Monasterio de los Jerónimos, otro enclave de Belém declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, próximo a su torre. De estilo manuelino (el que se relaciona con el reinado de Manuel I de Portugal, mezclando elementos del Gótico tardío y el Renacimiento), fue fundado en 1501 e ideado por el arquitecto Juan de Castillo, artífice de la Fortaleza de Mazagón en Marruecos o el Convento de Cristo en Tomar. Sus bóvedas, su claustro, su mausoleo sostenido por elefantes de piedra y su sala capitular son toda una proeza de la arquitectura religiosa de la época. En la portada lateral del templo podrás admirar la imagen de Nuestra Señora de Belem, a quien está consagrado.

Día 3 en Lisboa: modernidad y encanto alternativo

Parque das Nações

Reserva el tercer día de tus vacaciones en Lisboa para acercarte a su encanto alternativo. Una buena forma de empezar a hacerlo es coger el transporte público o incluso alquilar unas bicicletas para ir desde el centro histórico al Parque das Nações (o Parque de las Naciones), donde se celebró la Expo ‘98 de Portugal y que, hoy, acoge las instalaciones industriales de esta Exposición Universal y otros espacios reconvertidos. Allí se localizan la Estación de Oriente, proyectada por Santiago Calatrava, el Pabellón Atlántico o el Centro Comercial Vasco de Gama. Recorre la pasarela acuática del Caminho da Água, los Jardins d’Agua y el Jardim García de Orta para sentir su modernidad. Si tu paso por el Parque de las Naciones coincide con la puesta de sol, te recomendamos culminar la visita viendo atardecer desde el Teleférico de Lisboa.

LX Factory

Como ya habrás intuido, un viaje de 3 días en Lisboa es más que suficiente para descubrir sus lugares típicos y también otros más inesperados. En LX Factory, una zona moderna con espíritu underground, entenderás por qué Lisboa está considerada una de las capitales del mundo del street art. Se sitúa en el Barrio de Alcântara, en el extremo norte del puente colgante 25 de Abril. En su mercado diurno se alternan tiendas de ropa vintage, muebles y objetos de segunda mano; librerías con encanto (como Ler Devagar), galerías y talleres de arte y restaurantes y bares con un concepto único. Por las noches, se organizan eventos como fiestas de música electrónica o performances teatrales. En sus locales de copas podrás tomar algo antes o después de cenar. ¿Quieres más? Pues aquí va otra sugerencia sin moverte del sitio.

Village Underground

Village Underground está en LX Factory. Se trata de una “ciudad” del arte construida a partir de 14 contenedores marítimos y 2 autobuses. En este centro artístico al aire libre se programan exposiciones, sesiones de cine, obras de teatro y conciertos. También cuenta con una terraza y con un restaurante, localizado en uno de los autobuses que lo conforman.

Bairro Alto

¿Qué hacer en Lisboa para despedirte de la ciudad como se merece? Una idea que nunca falla es hacerlo en el Bairro Alto, donde el fado nunca deja de sonar y las sobremesas musicales se alargan hasta el infinito. Se llama así porque se ubica en la parte más elevada de la ciudad. Para llegar, toma el elevador da Glória en la Plaza de los Restauradores o el de Santa Justa, desde la Plaza Baixa, (que bien merecen una visita por sí mismos). Allí, entre sus callejuelas, plazas y casitas de colores, te esperan otras gratas sorpresas. Entre ellas, el Mirador de Santa Catalina, la poco convencional Iglesia de San Roque o la Rua da Rosa, considerada una de las calles más hermosas del mundo.

¿Y el alojamiento? Si buscas un hotel en Lisboa cerca del Barrio Alto, Iberostar Selection Lisboa se encuentra a tan solo un paseo de 20 minutos en dirección al elevador de Santa Justa. Alojándote en este oasis urbano de cinco estrellas, con una ubicación privilegiada en el Barrio Empresarial y junto a la Avenida Liberdade, tendrás acceso a toda la belleza de la ciudad. Sus instalaciones elegantes y modernas incluyen un spa y centro de wellness donde podrás relajarte después de tus rutas por la capital, una espectacular piscina de madera para tomar el sol mientras brindas con un cóctel y restaurantes y bares donde degustar lo mejor de la gastronomía portuguesa. Además, este alojamiento está especialmente diseñado para que tus celebraciones privadas, eventos y citas empresariales se diferencien de las demás. 

Sea cual sea el tipo de viaje de 3 días en Lisboa que estás planeando, aquí te sentirás en casa (pero con todas las atenciones y comodidades propias de un hotel exclusivo).