Los peces del Amazonas son, en sí mismos, espacios sagrados dotados de sensibilidad. Descubrirlos equivale a, a través de sus fascinantes cualidades, entender también cómo respira su hábitat, un lugar mágico y único. Pero ¿qué tiene este rincón del mundo bañado por la naturaleza más ancestral que lo hace tan especial?

El río Amazonas nace en los Andes, Perú, y su desembocadura, en el Océano Atlántico, se encuentra en Brasil. Pasa por Colombia y su cuenca que se extiende hasta Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guyana o Surinam. A su alrededor, el bosque amazónico salvaguarda la vida en la Tierra con su sola existencia. Después de navegarlo en una de sus expediciones, el célebre oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau afirmó que “hay más especies de peces en el Amazonas que en el océano Atlántico.” Y es que el río más largo y caudaloso es también uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad: alrededor de 3.000 especies registradas y un número desconocido aún por catalogar conviven en sus aguas dulces. Eso, sin contar a otros animales como mamíferos, reptiles, anfibios o crustáceos.

¿Te imaginas emular a Cousteau, pero con las comodidades de un hotel de lujo, y recorrer el Amazonas a bordo de un cinco estrellas flotante? Pues ahora esta aventura es posible gracias a Iberostar Heritage Grand Amazon, un crucero fluvial diseñado especialmente para explorar el pulmón del planeta. Eso sí, no estarás solo en tu viaje. Algunos seres fascinantes te acompañarán. A continuación te contamos cuáles son los animales del Amazonas más sorprendentes, empezando por sus legendarios peces.

Piraña

¿Qué tipos de peces hay en el Amazonas? Catalogadas dentro de la familia Characidae, comúnmente conocidas como pirañas, coexisten varias clases de pez de agua dulce, pero todas ellas tienen en común que son carnívoras u omnívoras (o incluso vegetarianas; un dato que desmonta mitos), que poseen dientes afilados y que suelen medir entre 15 y 25 centímetros de longitud (aunque algunos ejemplares pueden llegar a alcanzar los 34 centímetros). Su supuesta ferocidad no es más que una actitud defensiva, ya que este animal, cuando no está en grupo para protegerse de sus depredadores, presenta un comportamiento tímido y huidizo.

Pez lobo

Uno de los peces grandes del Amazonas más conocidos es el pez lobo o tararira gigante, con entre 1,20 y 1,50 metros y cien dientes en total. Su rostro, con ojos curiosos, membranas que recuerdan a unos labios y una expresión muy particular, recuerda al de algunos mamíferos, de ahí su sobrenombre. A su apariencia hay que sumarle que también es carnívoro, con una alimentación basada en peces, aves e invertebrados de pequeño tamaño que caen al río emitiendo una vibración que lo atrae. Prefiere las áreas cenagosas, cálidas y poco profundas.

Candirú o pez vampiro

El candirú o pez vampiro es uno de los peces más raros del Amazonas. Y también uno de los más rápidos. Su cuerpo diminuto, translúcido y alargado se introduce en las cavidades de otros animales para, literalmente, alimentarse de su sangre. Se trata de un tipo de parásito con organismo de pez, cuyas pequeñas espinas se adhieren a las superficies para permitir su supervivencia ya que, de otro modo, no podría nutrirse. Su presencia, por molesta que parezca, también forma parte del ciclo de la vida en el Amazonas, por lo que hay que preservarla: el equilibrio sólo es posible con biodiversidad.

Anguila eléctrica

En este acercamiento a los peces del Amazonas de agua dulce, no puede faltar la anguila eléctrica. Cuenta con un grupo de células especializadas con las que emite descargas eléctricas de hasta 850 voltios. Estas descargas le sirven para comunicarse, cazar y defenderse. Su piel verdosa está casi desprovista de escamas, por lo que necesita un extra de protección. Se localiza sobre todo en sustratos rocosos, cascadas y rápidos. Su fisonomía adaptada durante cientos de años de evolución le permite fluir con las corrientes de manera natural.

Raya motoro

Otros peces raros del Amazonas de apariencia llamativa, como la raya motoro o chucho de río, son menos conocidos, pero igual de importantes para la estabilidad de este ecosistema fluvial. A su vez, no hay que perder de vista que el Amazonas y otros ríos, junto con los mares y océanos, aseguran el correcto funcionamiento del resto de hábitats del planeta. Por ello, resulta crucial protegerlos. Para Iberostar, mejorar el estado de las costas y la salud de sus habitantes mediante acciones que marquen la diferencia es una prioridad. Así, animales como la raya motoro podrán seguir existiendo. Quizás lo que más atraiga de ella sea su aspecto, con un cuerpo aplanado y estampado de lunares, ojos negros y simpáticos y piel suave. ¡Merece la pena pararse a observarla con detenimiento!

Rana punta de flecha

Sus bellas tonalidades van del naranja al rojo, pasando por el amarillo, el azul o el negro tornasolado. Cada patrón de color emite un mensaje diferente a sus depredadores, que se ven disuadidos de atacarlas ante su naturaleza venenosa. Con apenas 5 centímetros, las ranas punta de flecha o de dardo venenoso son conocidas como “las joyas de la selva tropical” por razones obvias.

Este es sólo el principio. En tu crucero por el río Amazonas te espera mucho más: una expedición que parte desde Manaos, Brasil, para aproximarte a diferentes puntos de su territorio, como la cultura de la comunidad indígena de Cuieira; cocina gourmet con productos locales que apuestan por el kilómetro cero y por la pesca responsable desde sus restaurantes a bordo Kuarup, Tucano Grill o Arara Bar; espectáculos, relax y bienestar mientras navegas; sin olvidar el compromiso con la sostenibilidad que siempre caracteriza a Iberostar (desde 2020, todos los hoteles de la compañía están libres de plásticos de un solo uso).

Descubre aquí las rutas del hotel Iberostar Heritage Grand Amazon y elige la habitación que mejor se adapte a ti para vivir una experiencia inolvidable entre peces del Amazonas, y que marcará un antes y un después en tu propia trayectoria vital.