Hace mucho tiempo, el encuentro entre el viento, el mar y la lava dio lugar a una creación única que contenía todo el poder de los volcanes en su interior. Con los siglos, esa obra maestra, nacida del envite del Océano Atlántico contra el magma convertido en piedra, se perfeccionó. Hoy, las piscinas naturales de Lanzarote son un icono de la isla y atraen a personas procedentes de todo el mundo que desean impregnarse de su majestuosidad salvaje. Si tú también vas a visitar Lanzarote próximamente y no quieres perderte este prodigio volcánico, toma nota de las siguientes recomendaciones.

Cómo llegar a las piscinas naturales de Los Charcones

Como ya te hemos adelantado, las pozas de Los Charcones se sitúan en Playa Blanca, muy próximas al Parque Nacional de Timanfaya. Se puede llegar a ellas caminando desde el Faro de Pechiguera, a apenas dos kilómetros de distancia. Otra manera de acceder a este enclave es recorrer en coche un sendero zigzagueante. Una vez allí, habrá que descender un pequeño acantilado, por lo que te recomendamos llevar calzado cómodo y cerrado.

Las piscinas naturales de Los Charcones con niños

Debido a las características del acceso, los niños más pequeños deberán ir en brazos en caso de realizar el camino a pie para evitar posibles tropiezos, sobre todo en el último tramo del recorrido (el que se corresponde con el acantilado). Por otra parte, el modo más seguro de disfrutar de Los Charcones en familia es bañarse en las piscinas sin acercarse demasiado al litoral, ya que las olas rompen con fuerza en él, lo que permite que el agua entre en las charcas.

Piscinas naturales de Punta Mujeres

A la hora de conocer las piscinas naturales de Lanzarote, las mareas siempre han de ser tenidas en cuenta. En el pueblo de Punta Mujeres hay más de dos kilómetros de lagunas, con dos de sus pozas totalmente protegidas del mar, por lo que allí tendrás la posibilidad de bañarte con tranquilidad durante cualquier fase del ciclo lunar.  Puede que hasta veas a alguna criatura marina asombrosa acercándose a la orilla a saludar. Además, estas piscinas cuentan con escaleras y zonas cómodas para tomar el sol. Alrededor, un pueblecito pesquero de casas blancas las envuelve con su carácter acogedor.

Charco del Palo

Otra de esas piscinas naturales de Lanzarote que te dejarán con la boca abierta son las que se agrupan bajo el nombre de Charco del Palo. A principios de los 70, formaron parte de un asentamiento nudista fundado por el empresario Gregor Kaiser (en la actualidad se sigue practicando el naturismo). Son tres estanques diferenciados, de aguas tranquilas y poco profundas, con una parte de playa y arena. Sus alrededores, con miradores, campos de cactus y conos volcánicos, te recordarán una y otra vez que estás en Lanzarote, la isla donde la fuerza de la Tierra se manifiesta de las más bellas formas.

Cueva del Agua (o “La Olla”)

Cueva del Agua, también conocida como “La Olla”, es una piscina natural de diez metros de diámetro que se abre al cielo en medio de una roca. El ambiente árido del que forma parte, con escasa vegetación, convierte la experiencia de bañarse en ella en todo un ritual de desconexión, sobre todo a la hora del atardecer. En realidad, se trata de un jameo volcánico, un tubo creado por la lava caliente durante una erupción. Se puede poner la toalla en la piedra y, cuando la marea está alta, saltar al agua. Presta atención a las corrientes a la hora de nadar.