Vacaciones en Ibiza Las playas imprescindibles de Santa Eulalia
Calas y pequeños paraísos en la cara tranquila de Ibiza
Aunque, a vista de pájaro (o de mapa), Ibiza parezca pequeña, realmente es muy variada. Está la Ibiza rural con sus pueblitos encalados; la más marchosa con sus infinitas veladas y la más pacífica con planes para aquellos que buscan rodearse del Mediterráneo. A esta última pertenece el municipio de Santa Eulalia del Río (Santa Eulària des Riu) y toda su costa, una zona situada en el sureste de la isla repleta de calas turquesas casi secretas, pequeños acantilados y unas aguas cristalinas ante las que es imposible resistirse. Y estas son las más destacadas.
CALA DE SANT VICENT
Ubicada en el extremo oriental de Ibiza, esta playa parece estar diseñada para todo tipo de viajero. Los que buscan paz, cuentan con casi 400 metros de arenal que permiten tomar el sol sin molestia. Los que quieren comodidad se van a encontrar con un espacio totalmente equipado, con aparcamiento, hamacas y restaurantes. Y para los que quieren, sencillamente, disfrutar del agua de mil maneras, sus diferentes puestos de Paddle Surf, kayaks y patines hacen que el día de playa se transforme en una aventura entretenida. ¡Ah! Y para aquellos que buscan estrenarse en el buceo, las diferentes escuelas de los alrededores ofrecen bautismos en unas aguas clarísimas y llenas de vida.
CALA DE S'AIGUA BLANCA
Y, de repente, cuando parece que todo son acantilados en los confines noroestes de la isla, la arena asoma ganándole la partida a la roca y extendiéndose como una alfombra a la que acaricia un agua inverosímil. Porque, en este rincón tan salvaje de Ibiza, el mar se muestra inmaculado y fotogénico, lo que le ha hecho ser siempre un objeto natural de deseo para cualquier beach lover. Además, la arcilla que se agrupa en sus rocas, mezclada con agua, crea un barro que sirve de tonificante tanto para la piel como para el cabello.
CALA LLONGA
En cierto modo, este arenal alargado es una especie de oasis entre pinos y colinas. Se trata de una lengua de un mar azulísimo que se adentra, tranquila, en la tierra y que culmina en una playa de arena cómoda y muy bien equipada. Es perfecta para familias y grupos por su tranquilidad y sus buenos accesos, pero también cuenta con áreas de piedras menos concurridas y donde esa sensación de estar aislado se acentúa, algo que en Ibiza siempre es un tesoro.
PLAYA DE ES CANAR
Es Canar podría definirse como una Marbella en miniatura. Dentro de la paz que se respira por estas latitudes, es la playa más animada de todo el municipio, con numerosos bares, restaurantes y chiringuitos flanqueando un generoso paseo marítimo. Su coqueto puerto de embarcaciones pequeñas acentúa esta sensación de exclusividad mientras que su orilla es plácida, poco abrupta y con una arena muy cuidada. Además, en sus inmediaciones, los miércoles se improvisa uno de los mercadillos hippies más auténticos de la isla.
CALA LLENYA
Hay calas que parecen estar hechas para pasar todo el día con el agua por la cintura, paseando en plan anfibio o jugando a las palas a remojo. Y una de ellas es Cala Llenya, un paraíso de 60 metros de anchura donde hay que adentrarse mucho en el agua para que llegue a cubrir. Esta ventaja la ha convertido en una de las más populares de esta zona, lo que no está reñido con que mantenga su puntito virgen, con acantilados y pinares en los flancos adonde buscar la sombra antes de volver al mar.
CALA MASTELLA
Lo que define a esta cala salvaje no es tanto sus aguas (impolutas, por supuesto) o su acceso. Es, sobre todo, un entorno inalterado que muestra cómo es la Ibiza más natural, con rocas amables que se sumergen con sutileza, pinos que parecen asomarse para encontrar su reflejo en el agua y un cañaveral que divide el torrente del arenal. Su carácter remoto también se nota en su único chiringuito, el Bigotes, uno de los más míticos y auténticos de todo el archipiélago.
PLAYA DE S'ARGAMASSA
Ante esta costa solo está la inmensidad. Y, en los días más claros, se divisa Formentera tras los islotes de Santa Eulalia y Rodona. Pese a estar en la zona de hoteles más prestigiosa de esta localidad, incluído el Iberostar Selection Santa Eulalia Ibiza, S'Argamassa conserva su encanto virgen, con pinos a sus espaldas y una arena que parece estar recién puesta. Aquí los días pasan entre remojones, horas de sol y pequeños homenajes en SeaSoul Santa Eulalia, un espacio único desde donde disfrutar de un paisaje marítimo sobrecogedor, de una carta gastronómica y de bebidas a la altura de los mejores restaurantes de la isla.
CALA NOVA
Un pequeño escalón, que se salva mediante unos prácticos y fotogénicos peldaños de madera, separa este largo arenal del resto de la isla. Una barrera geográfica que no es física, pero que le añade más encanto a una playa que lo tiene todo: aguas turquesas, pinos verdes y cierta amplitud que permite estar a gusto. Además, cuando sopla el viento, suele generar alguna que otra ola surfeable que le añade un toque más divertido a los largos baños.