Playas del Magreb Túnez, donde el desierto se encuentra con el mar
Djerba
Túnez es un país hecho de arena y piedra, dos elementos que destacan tanto en sus playas como en sus paisajes desérticos y en sus encantos culturales. Una mezcla irresistible que te cautivará desde el primer momento y que marcará el día a día de tus vacaciones. Por eso no hay mejor inicio para esta aventura relajante que disfrutando de tu hotel en Djerba y sus alrededores, una isla en el Mediterráneo que cuenta con largos arenales como el de Sidi Mahrez, el de Houmt Souk o la isla de Flamant Roge donde una fina línea de arena blanca acoge a bañistas y flamencos.
La magia de este lugar no se concentra solo frente al mar. El hecho de haber sido, durante siglos, una isla de pescadores y comerciantes hace que hoy puedas encontrar medinas auténticas con zocos genuinos y cúpulas inalteradas como las de Ajim. Esta estética de cúpula esférica y cal blanca marca las construcciones del resto de localidades, aunque las medinas de Arku y de Houmt Souk destacan por su singularidad.
Mahdia
Lo primero que experimentas cuando llegas a Mahdia es esa sensación de estar cruzando una puerta al pasado, pero no porque sus calles y casas pertenezcan a tiempos pretéritos, sino porque su rutina sigue siendo genuina y tradicional. Esta esencia pescadora y comerciante se complementa con una espectacular playa que se extiende desde el cabo hacia el norte, donde se encuentra uno de los mejores hoteles en Mahdia y las aguas más cristalinas que puedes encontrar en este lado del Mediterráneo.
Sousse
Siguiendo la costa, Sousse espera con su icónica estampa de ciudad marítima y animada. Esta localidad es la mejor opción para que sientas la esencia tunecina tumbado en la arena y disfrutes de las vistas de su azulísimo mar desde lo alto de sus murallas.
Un día perfecto en Sousse comienza en las playas de El Kantaoui, al norte de la ciudad. Continúa paseando por su moderno puerto o jugando al golf. Después, una comida auténtica en el restaurante Tunisian Tent y, tras una tarde en la piscina, la medina Sousse, patrimonio Mundial según la UNESCO, espera con su mezquita-baluarte, sus murallas y su ribat.
El Jem
En el interior de Mahdia se encuentra la ruina romana más espectacular del norte de África. El Jem es el anfiteatro más grande del continente y el más amplio fuera de las fronteras de la actual Italia y, además, está muy cerca de los hoteles de la costa.
Douz
Douz transmite esa sensación de ser el último reducto de civilización antes de que el Sahara lo ocupe todo con sus dunas y sus horizontes infinitos. Por eso, en su zoco y en su plaza principal es normal que te encuentres con pilotos de raids, aventureros profesionales y un sinfin de empresas que organizan excursiones por el desierto en quad, camello o jeep. Eso sí, entre todas ellas, quédate con una: poder ver el atardecer subido a un erg. Será inolvidable.
Tozeur
Tozeur es un jardín situado entre lagos de sal, montañas desnudas y mares de dunas. Su oasis es una explosión de naturaleza entre tanto paisaje semidesértico y alrededor de sus palmeras y huertos la vida se abre paso en forma de zocos y callejuelas. Esta exuberancia contrasta con su medina, uno de los cascos históricos del Magreb que mejor han resistido al paso del tiempo.
Chebika
Los oasis de Tamerza o Chebika mantienen su carácter inhóspito y sorprendente en mitad de la nada. Pasearlos te hará sentir como un explorador que acaba de encontrar un tesoro.
Hammamet
Hammamet podría considerarse como la playa por excelencia de Túnez por su cercanía a la capital y la calidad de sus aguas y sus arenales. Aquí tienes los ingredientes de la felicidad tunecina: mar, gastronomía exótica, tranquilidad selectiva y exclusividad. Descubre uno de los mejores hoteles en Hammamet para vivir una experiencia tan relajante como auténtica.