Fecha de publicación 23/08/2019
Deporte infantil Cómo lograr que los niños hagan ejercicio en vacaciones
Y no se enteren de ello
Si algo define a las vacaciones en familia es que no tienen ni objetivos, ni metas ni informes finales. Es una época en la que reina la libertad y, también, una oportunidad para que los más pequeños disfruten del medio ambiente y den rienda suelta a su creatividad y a su capacidad de descubrimiento.
Si todos estos impulsos se transforman en desafíos y risas mediante los siguientes trucos y consejos que son muy fáciles de llevar a cabo en cualquier hotel, los días juntos serán mucho más saludables. ¿Quién le dice que no a este cambio?
Salud y diversión
La regla número uno es que no hay mayor truco que el convertir una preocupación adulta por la salud en una motivación infantil. Es decir, abordarlos con juegos y con pequeños desafíos que les hagan creer que son ellos los que están tomando la decisión, los que realmente desean meterse en la piscina o jugar al fútbol en la playa.
Imaginación en familia
Hacer deporte todos juntos no solo tiene que ser un acicate para que los niños se animen a probar cosas nuevas. También es una oportunidad para que paséis más tiempo juntos haciendo actividades muy diferentes, descubriendo mundo juntos y tomando decisiones entre todos. Porque la involucración de todos los miembros en las decisiones es una de las claves de que las vacaciones en familia sean un éxito, y más cuando se trata de pasarlo bien.
Pequeñas rutinas
Eso sí, es fundamental que el deporte en familia sea solo un pilar más de unas vacaciones y que los niños, además, disfruten de los nuevos amigos y de los programas que tienen los hoteles con entretenimiento para niños como es el caso de Star Camp de Iberostar.
En sus agendas de actividades, su equipo de animación abre la mente de los pequeños. Es decir, les presentan juegos, deportes y actividades que son un nuevo mundo para ellos. ¿Que con qué objetivo? Pues con el de que los niños vayan investigando, probando y eligiendo cuál es el que más les gusta. Porque, como sucede con otras muchas cosas, hay un tipo de entretenimiento para cada uno y la clave es que lo encuentre. De este modo, también, hallan a aquellos niños que se interesan por lo mismo, haciendo que surjan amistades mucho más sólidas.
Otras de las grandes aportaciones de los equipos de animación es que desarrollan sus actividades en unas horas bien seleccionadas, ideales para compaginar las actividades familiares y éstas de forma equilibrada. Una forma sencilla de crearles pequeñas rutinas mientras ejercitan los músculos y las sonrisas.
El desafío del entorno
Por último, y no por ello menos relevante, está el entorno y la naturaleza. Porque hay un punto intermedio entre los juegos clásicos y el turismo activo. Más que un punto intermedio, es un universo de posibilidades en el que se conjugan todos los factores descritos: imaginación, diversión, descubrimiento y sociabilización. Y es que los más pequeños pueden pasarse horas inventando juegos en la arena y en la piscina.