Guía cicloturista de Mallorca
La isla más grande de las Baleares ha logrado consolidarse como una de las principales mecas de este deporte en Europa. La fórmula de este éxito se basa en un clima óptimo con más de 300 días de sol al año, a lo que hay que sumar una orografía muy diversa que combina largos llanos con una escarpada cordillera. Una materia prima inmejorable que es atravesada por 1.250 km de carreteras, de los cuales 700 son de vías con poco tráfico, lo que permite que el deporte de la bicicleta encuentre aquí su pequeño paraíso. Sí, los datos son contundentes, pero… ¿cómo disfrutarlo? Antes de empezar, recuerda que le puedes echar un vistazo a los hoteles en Mallorca de Iberostar. Hoteles preparados para el cicloturismo y también para disfrutar de la isla.
JAVIER ZORI DEL AMO
La bici-maleta
No es un sueño, es una realidad. La tecnología de transporte de bicicletas se ha perfeccionado tanto con los años que hoy en día no es necesario aparcar la ‘burra’ en casa cuando se viaja. Hay bici-maletas para todos los gustos y bolsillos, desde las populares de B-Twin hasta las más profesionales de Merida, Polaris o Bikebox. Todas ellas garantizan que tanto el cuadro como las ruedas llegarán en perfectas condiciones. Por otro lado, las políticas cada vez menos restrictivas de las aerolíneas (algunas como SWISS Air o Finnair no cobran un extra siempre que no se exceda del peso permitido) solo consiguen que no haya excusas.
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Donde alquilar
No obstante, si con el bañador, el ‘coulotte’ y el casco ya cuesta cerrar la maleta, la isla cuenta con una infraestructura bicicletera que hace que cada localidad turística tenga su propia tienda de alquiler para todo tipo de aficionados. Turismo de Mallorca tiene detectados hasta 50 establecimientos por toda la isla mientras que la ciudad de Palma cuenta con un servicio de alquiler de bicicletas cuyos primeros 30 minutos son gratis y que cuenta con unas tarifas muy ajustadas. Un servicio al que también se pueden apuntar los no residentes a través de su portal .
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Paseos por la Albufera
Una vez está todo preparado, es el momento de agarrar el mapa y salir en busca de los rincones más apreciados y adecuados para esta práctica que mezcla deporte con turismo. Por esa fusión de paisajes y pedaleos, la Albufera de Alcudia es uno de los parajes que mejor se adaptan a las dos ruedas. Este parque natural es una sucesión de lagunas, pequeños diques, puentecitos, marismas y dunas conectadas por caminos sin apenas dificultades para los ciclistas. Además, estarás muy cerquita del Iberostar Selection Albufera Playa, un hotel de 4 estrellas donde te podrás mimar después de una ruta en bicicleta.
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La ciudad desde el sillín
Palma de Mallorca es una de las urbes más cycling-friendly de Europa. Por un lado está la ausencia de grandes cuestas. Por el otro, una pasión que se ha traducido en la total adaptación de la ciudad a esta forma de desplazarse gracias a una red de carriles bici que supera los 76 kilómetros. Ante esta amplia oferta… ¿por dónde empezar? Pues lo ideal es recorrer de un lado a otro la bahía y el puerto para encontrarse con vistas inigualables como la de la catedral, el parque de la mar o las antiguas y poderosas murallas.
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La meta de Sa Calobra
Esta playa, una de las más codiciadas de todo el archipiélago, está rodeada de cumbres vertiginosas y carreteras escarpadas. De ahí que su acceso, a través de las rampas de la comarcal Ma-2141, sea siempre una proeza, ya sea ascendiendo el Coll dels Reis o accediendo desde Cala Tuent.
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El fin del mundo en Cap del Fonmentor
Este cabo, situado en el extremo nordeste de la isla, tiene ese ambiente de virginidad y exotismo que se traduce en vistas increíbles. Aquí el mar es azulísimo, el viento esculpe los acantilados y las olas ronronean golpeando los riscos. Un espectáculo épico que enmarca una de las rutas cicloturísticas en Mallorca más espectaculares de la isla, con una subida constante pero accesible desde Pollença hasta el faro que domina el saliente.
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El corazón de la Tramuntana
La sierra que vertebra la isla cobija pequeños pueblecitos como Alaró, Orient, Valldemossa o Esporles, reductos rurales que merecen una visita a golpe de pedal, con el aliciente de hacer más auténtica la llegada y la marcha. Las carreteras que conectan estos hallazgos conservan el trazado de antiguos caminos que bordeaban las cumbres y que, ahora, son un oasis de tranquilidad para los ciclistas.
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El descanso del ciclista
Después de una buena pedalada el relax es necesario. Tanta es la vocación bicicletera de la isla que hasta Rapha, la cafetería para ciclistas por antonomasia del mundo, acaba de abrir su sucursal en la plaza del Rosari de la capital. Pero, más allá de las tertulias y el intercambio de sensaciones y datos Strava, muchos hoteles de la isla como el Iberostar Selection Playa de Muro Village (en la imagen) o el Iberostar Waves Alcudia Park –entre otros- cuentan con su servicio especial para los amantes de este deporte que incluye desde un garaje adaptado hasta la opción de alquilar tanto mountain bikes como bicicletas de carretera.
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Las citas imprescindibles
Además de practicar este deporte por libre, la isla cuenta con un calendario de pruebas y eventos muy profesionalizados en los que dar rienda suelta a la adrenalina de la competición o a los que acercarse solo para vivir el ambiente. ¿Los imprescindibles? La Challenge de Mallorca en la que compiten los mejores ciclistas del mundo o la Mallorca 312, una durísima prueba de gran fondo de renombre internacional en la que los participantes tienen 14 horas para recorrer 312 kilómetros a lo largo de la mitad norte mallorquina.
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Imágenes de Cordon Press y Getty Images
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