Vida sana en vacaciones Un verano sin preocuparse por la báscula
Porque irse de vacaciones no implica descuidar la forma
Fecha de publicación 26/08/2019
Divertirse al máximo
Descansar y mantenerse en forma han dejado de ser conceptos antitéticos y, hoy en día, es posible disfrutar de un verano sin ganar kilos de más ni cargarse de remordimientos. Para ello, la primera norma es que te plantees el ejercicio y la vida saludable como una diversión más, gracias a los elementos que el destino y el hotel en el que te hospedes te ofrecen. Es decir, que los músculos también muevan endorfinas y sonrisas.
Bienestar integral
Es normal que asocies mantener la forma con hacer deporte y no parar, pero lo primero que hay que tener en cuenta es que el bienestar tiene que ser integral. Es decir, que el cuerpo no solo tiene que ser estimulado, también cuidado y mimado para reducir estrés y revitalizarlo. De nada sirve correr 10 km cada día si tu piel está sufriendo y la ansiedad te impulsa a comer más y peor. Por eso, una de las claves de unas vacaciones sanas es atender, también, a la parte holística del relax mediante tratamientos de salud y belleza en cualquiera de los hoteles con spa de Iberostar.
Alimentación equilibrada
Antes de que salten las alarmas y la mente empiece a imaginarse una ristra de prohibiciones, hay que fijarse en los menús de los restaurantes y buffets de los hoteles. ¿No habéis caído en la cuenta de que cada vez cuentan con más alimentos y platos ricos y saludables? Cualquier establecimiento de lujo del siglo XXI se distingue, también, por ofrecer en sus desayunos y comidas recetas que ayudan a mantener la línea. El siguiente nivel es el que ofrece el programa Fit & Fun de Iberostar, que incluso propone una serie de recetas sanas y sabrosas para combinar ingredientes y que sirven de guía para que conciencia y gula no entren en conflicto.
Otras bebidas
Las bebidas saludables son una garantía de calidad para los mejores hoteles y resorts del mundo. Los smoothies, batidos, zumos y cócteles sin alcohol marcan la diferencia. Por eso, cuando vayas a maridar un atardecer en un beach club, piensa en una opción más frutal y refrescante. El cuerpo lo agradecerá, Instagram lo acogerá en plan #healthy de buen grado y la magia del momento se multiplicará.
¡Aprovecha la piscina!
Sí, aunque no lo parezca, hay personas que no se dan cuenta de que una piscina puede ser mucho más que una alberca donde refrescarse. Entre los numerosos beneficios de hacer ejercicio en este ámbito acuático destaca la prevención de lesiones ya que se disminuye el riesgo de impactos y golpes, la mejora en el rendimiento por la resistencia que opone el líquido elemento, el contenido relajante que tiene y, por supuesto, que permite ejercitarse hasta en los días más cálidos. Pero hay un factor que en los últimos años destaca por encima de todos: puede ser divertido. Y es que el deporte en la piscina va más allá de nadar ya que, gracias a los programas de animación y deporte de muchos hoteles, se puede bailar, hacer fitness o aerobic sobre los azules azulejos.
¡Viva la novedad!
La costa, el mar, las ciudades... los destinos que se descubren cuando se va de vacaciones pueden ser mucho más que el decorado de tus fotos. Son, también, un escenario perfecto para probar nuevas experiencias como los deportes acuáticos o la meditación al aire libre. La profesionalización que está viviendo el sector del deporte aficionado tiene una consecuencia maravillosa: hay una disciplina para cada tipo de viajero. Por eso ¿por qué no te animas a probar el kayak por el mar en Creta, el surf en Fuerteventura o el yoga en cualquier parque de Nueva York?
¡Mejor en grupo!
Muchos especialistas, entre ellos los del programa Fit & Fun de Iberostar, destacan que, además de divertirse, concienciarse con la alimentación, cuidarse y aprovechar el entorno, conviene retarse. Es decir, ponerte una pequeña meta en tus vacaciones que puede ir desde alcanzar el final de la playa andando cada día hasta coger, por fin, una ola en condiciones. Pero, si eres de los que te consideras difícil de motivar, lo mejor es que afrontes estos entretenimientos con tu familia, tus acompañantes o con el grupo que improvises entre los amantes de cada deporte en tu hotel. La experiencia, además, tendrá un aliciente socializador muy satisfactorio.
Ayúdate de la tecnología
Retarte es mucho más sencillo cuando el rendimiento se monitoriza con cualquier app. Por supuesto, nadie está obligado a medirlo todo, y más en vacaciones, pero superarse a uno mismo siempre es un extra para cuando se hace deporte. Otra posibilidad que ofrecen las nuevas tecnologías son los programas de entrenamiento que ayudan a dos cosas: optimizar los esfuerzos y motivarse con los tutoriales personalizados. De hecho, en algunos hoteles Iberostar ya se ofrecen tablets a los usuarios del programa Fit & Fun con las que tener un monitor virtual que se adapta a tus demandas.
Vive el momento
En líneas generales, el mindfulness no es más que centrarse en lo que se está haciendo, disfrutar de cada instante, darse el capricho de no pensar en nada y dejar que la piel ejerza de cerebro. Algo que parece sencillo pero que no lo es y que exige usar el móvil solo para cosas útiles, evitar agendar en exceso el día, pararse a sa-bo-re-ar un café en Ocean Drive o un zumo en Montego Bay o, simplemente, dejarse llevar por el instinto y lo que apetece en cada momento. Alcanzar este aislamiento total es una recompensa holística que, además, hará que tus vacaciones sean mucho más gratificantes.
Súmalo al turismo
Visitar un destino puede ser, también, una forma de hacer ejercicio de manera involuntaria. Por ejemplo, ¿sabías que subir andando tres pisos quema un 50% más de calorías que correr por una rampa inclinada o levantar pesas? Subir a la habitación peldaño a peldaño o evitar los ascensores en un museo o en un centro comercial es solo el principio. Otros ejemplos de lo fácil que es combinar deporte y descubrimiento es alquilar bicicletas en lugar de usar el coche para los desplazamientos cercanos o descubrir calas de Mallorca o de Ibiza en velero.