Un buen lugar para empezar a recorrer la isla es su capital, Houmt Souk. Poseedora de casas blancas con puertas azules y un animado mercado matinal, esta pequeña ciudad también acoge la siempre interesante Coopérative Artisanale y el Museo de Artes Populares. A sólo 10 km de allí, se halla Ras Rmel, donde abundan las colonias de flamencos rosas procedentes de España y Francia, y en el que tendrás la oportunidad de contemplar magníficas puestas de sol.
Unos 22 km al suroeste de Houmt Souk se localiza Ajim, que alberga el puerto principal de la isla y el mayor palmeral de Djerba. A escasa distancia, verás una pequeña construcción encalada que se utilizó en el rodaje del Episodio IV de la saga Star Wars.
En el este, en Aghir, podrás contemplar borj Kastil, un fuerte construido en 1285 por el marinero Roger de Llúria. Desde allí, una pista de tierra conduce al viajero hasta los vestigios de otro fuerte: el de Borj Jilliji. Ubicado a 18 km de Houmt Souk y sobre una ladera rocosa, fue erigido en 1745 por deseo de Alí Pachá y acabado medio siglo más tarde, coincidiendo con el reinado de Hammuda Pachá.
Otra construcción defensiva que no puedes perderte es Borj el-Kebir, con cimientos que datan de la época romana. En 1557, el corsario Dragut reforzó su perímetro amurallado y amplió el recinto. Tres años después, los españoles hicieron lo propio.
En el sur, se despliega el evocador pueblo de Guellala, un auténtico taller de cerámica al aire libre. Su museo, ubicado sobre una colina, permite al visitante acercarse a las costumbres locales de Djerba.
Por supuesto, en esta lista no podía faltar Midoun, donde se halla el hotel en Djerba Iberostar Mehari Djerba. Sito a 5 km al noroeste de Aghir, da cabida a un animado mercado de artesanía y productos agrícolas que tiene lugar los jueves y los viernes, y que es uno de los mejores de la isla. En las afueras, encontrarás una antigua maassera, una almazara subterránea única en Djerba, en la que se sigue produciendo aceite siguiendo métodos tradicionales. No muy lejos de allí, te toparás con la mezquita de Jemaa Fadholoûn, de estilo wahabí y hoy abandonada. A apenas 1 km de este edificio religioso, abre sus puertas el Borj Ben Ayâd (1810), un palacio construido por orden del gobernador de Djerba.